A.L. Guillén: theremin.
Recorded and mixed by A.L. Guillén at La Antena Noética (Almería)
November 2015
Mastered by Dal Verme and A.L.Guillén.

“This work tells about the transition of a beloved person, one night in a hospital.
With no dramatic or compassionate intention, I created "La Noche" to amplify our separation and our unitive annihilation, like a song whispered in the ear of the one who goes away, and the one who stays. An ode to everything we experience by this loss, and everything that we know stays behind forever once the body of the beloved one is gone.
This song should be heard at night, in absolute darkness and through headphones, so that one can, after initial resistance, “obey” and follow the sound. It intends to act as the nail that pierced the veil of mourning, showing the fullness of the non-place, of all that was lost.
You are not forced to follow my narrative proposal, but...
The first two tracks oppose “Siamese Twins” separated sound extremes and sonic subjectivities. Mine: the aseptic silence in the hospital room, which is also an imminent "final". Hers: the sound of the relentless progression of septic invasion on her body.
This excision reconnects us with a humble gesture, track #3: A Kiss on Our Original Placenta. Finally, when the transition is finished, the window of the next day – letting in the cool air from the Genil river - is open. With some melodic, nostalgic souls flying to heaven, a past tense of platonic flavour. It is the light of the next day on earth. The only material we have.

I recorded and mixed “La Noche” at La Antena Noética Studio (Almería, Spain), during a period of several nights in autumn 2015, using a theremin and a computer. It was mastered by Dal Verme and myself.
It is dedicated to Maria Josefa Megías Cuadros, and to all those who would have this whispered song when the sun goes down”.

Antonio Luis Guillén Megías
December 2015
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credits
released May 6, 2016

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PT031
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Este trabajo narra la noche de tránsito de un familiar muy querido por mí en una habitación hospitalaria.
Sin intención dramática o compasiva, he creado “La Noche” para amplificar nuestra separación y nuestra aniquilación unitiva, como un canto susurrado en el oído del que se queda, y al oído del que se va. Un canto a todo lo que experimentamos perder, y todo lo que sabemos que queda para siempre cuando el cuerpo del amado ya no está.
Este canto debería ser escuchado mediante cascos en la oscuridad nocturna absoluta, para obedecer al Sonido tras tu resistencia inicial. Pretende actuar como el clavo que perfora el velo del duelo mostrando la plenitud del no-lugar, de lo perdido.
No estás obligado a seguir la narrativa propuesta, pero …:
Las dos siamesas primeras piezas contraponen subjetividades sonoras extremas y separadas. La mía: asepsia del silencio de la madrugada hospitalaria en una habitación, que es también la inminencia de “final”. La suya: el sonido de la implacable progresión de la invasión séptica disolvente.
Esta escisión nos religa mediante un gesto: Beso en nuestra Placenta Original. Cuando el tránsito está consumado, se abre la ventana del siguiente día, con el aire fresco del amanecer de la Ribera del Genil. Con cierta nostalgia melódica del vuelo de almas al cielo de un pretérito tiempo aeropagita. Hacia la luz del día siguiente, del que queda en Tierra: única materia.
“La Noche” se grabó y mezcló en La Antena Noética (Almería) en varias noches de otoño de 2015, usando un eterófono y un ordenador. Se masterizó con la ayuda de Dal Verme.

Esta noche mía está dedicada a María Josefa Megías Cuadros, y a los que quieran recibir este canto susurrado cuando caiga el sol.
Que caerá.

Antonio Luis Guillén Megías,
diciembre 2015.

Edited by:

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